...pero
eso no le importa ya que él puede rugir y enseñar sus colmillos y no necesita
más. Un día conoce a una leona muy guapa leyendo un libro debajo un árbol.
Deseaba escribirle una carta de amor. Así, pues, el león va pidiendo que
escriban por él al mono, al hipopótamo, al escarabajo pelotero, al buitre. Pero
el resultado no es lo que espera. Pierde la paciencia y ruge en la selva cómo
escribiría él si supiera hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario